Como todo, la efectividad de tu rutina de ejercicios depende del esfuerzo que le dediques y de tu compromiso con ella. Lo cual, para muchos de nosotros, no es mucho…

Entonces, ¿es el yoga un buen ejercicio? ¡Sin duda!

Lo mejor del yoga es que es suave, agradable y puede resultar físicamente agotador. Por ello, es más probable que te lances a tu esterilla durante 30 minutos al día. Desde luego, el hecho de que sea un buen entrenamiento también depende del estilo de yoga que practiques.

Mientras que el vinyasa, el ashtanga y el hatha yoga pueden aumentar el ritmo de la respiración rápidamente, los estilos de yoga como el yin y el restaurativo tienen como finalidad recurrir al sistema nervioso y calmar la respiración hasta alcanzar un estado de relajación. Esto es lo que hace que el yoga sea accesible para todos y para todas las necesidades.

Todo depende de lo que quieras lograr con tu práctica.

Entonces, ¿qué hace que el yoga sea un buen entrenamiento?

Hay algunos elementos que hacen que el yoga sea un buen entrenamiento – vamos a echar un vistazo…

Es físicamente exigente

La gente tiende a pensar que el yoga está concebido únicamente con fines de relajación y tal vez como un suave tonificador del cuerpo. Sin embargo, probablemente nunca hayan asistido a una clase de vinyasa.

Al practicar vinyasa, adoptamos una nueva postura cada vez que inhalamos y exhalamos, lo que significa que se adopta una nueva posición cada pocos segundos durante la mayor parte de una hora (que puede ser más o menos, dependiendo de la duración de la clase).

Son muchos movimientos y una manera rápida de aumentar la intensidad. Y dado que la mayoría de nosotros hemos pasado los últimos 11 meses en nuestros sofás, creo que este tipo de movimiento resultaría agotador para cualquiera…

Si a esto le añadimos el hecho de que pondrás tu cuerpo en posiciones a las que no está acostumbrado, habrás creado rápidamente un maravilloso entrenamiento.

Aun cuando se practiquen a un ritmo más lento, las clases de yoga pueden ser físicamente exigentes cuando ponemos en práctica movimientos que no estamos acostumbrados a realizar en la vida cotidiana.

Posturas como la del perro boca abajo, los equilibrios de brazos y las pinzas requieren que pongamos una cierta cantidad (¡si no todo!) de nuestro peso en los brazos. Y si no me equivoco, probablemente camines de pie la mayor parte del día.

Así que, aunque no sea considerada técnicamente una actividad aeróbica, el yoga puede tener muchos de los mismos beneficios que este estilo de ejercicio para mejorar la salud.

Es fácil comprometerse

Todos sabemos que el ejercicio es mucho más eficaz cuando nos comprometemos a practicarlo de manera regular. No obstante, a veces nos quedamos sin tiempo para ir al gimnasio al salir del trabajo, y la última vez que lo comprobé, no es divertido correr bajo una lluvia torrencial.

Lo que quiero decir es que desistir de participar en muchas formas de ejercicio es fácil. Bien sea por el tiempo, por el clima, porque un compañero se niegue a hacerlo o por los costos involucrados, hay muchas razones por las que decidimos no hacer ejercicio.

Con el yoga, no hay razón para no practicarlo. Incluso si no podemos ir al estudio, podemos desplegar nuestras esterillas de yoga en la cocina y seguir una clase online durante media hora. Y si no se puede, es posible dedicar algo de tiempo a ponernos creativos en el mat y practicar lo que nuestro cuerpo necesite en un día determinado.

Lo único que necesitas para practicar yoga es a ti mismo: por supuesto, una esterilla y algo de ropa deportiva son beneficiosos, ¡pero realmente podrías practicar en pijama sin tener que salir de casa!

Participar en una forma de ejercicio con la que resulta fácil comprometerse hará que aumente la probabilidad de dedicar tiempo a practicarlo durante la semana. Y con tantos estilos de yoga y distintos profesores para aprender, ¡no hace falta decir que no te aburrirás nunca!

El estilo de yoga

Es importante considerar el estilo a la hora de decidir si el yoga es un buen ejercicio. Por regla general, los estilos basados en el suelo -como el yin yoga y el yoga restaurativo- no te ofrecerán un buen entrenamiento. El yin yoga es excelente para la flexibilidad, mientras que el yoga restaurativo es maravilloso para aquellos que buscan desestresarse, por lo que son dos grandes opciones para tus días de descanso.

Si eres principiante, una clase de hatha yoga puede ofrecerte un entrenamiento bastante bueno. Además, es la mejor manera de iniciarse en el movimiento del yoga, así como en los nombres y la manera de practicar las diversas posturas.

Cuando estés listo para avanzar hacia algo más desafiante, ¿por qué no probar tu primera clase de vinyasa o ashtanga yoga?  Estas clases conllevan un calentamiento y un enfriamiento suaves, pero la mayor parte de la clase se centrará en posturas de pie y de equilibrio que pueden ser bastante exigentes cuando se empieza, por lo que practicar Hatha yoga es una gran idea para empezar tu introducción en este mundo.

Subir la temperatura de tu práctica es otra opción. Muchos estudios ofrecen clases de hot yoga para que los estudiantes adquieran flexibilidad, pierdan más calorías (¡sudando mucho!), alivien el estrés y reciban un impulso cardiovascular. Lo mejor es que te familiarices con tu práctica de yoga antes de acudir a una clase de “hot vinyasa”, ya que puede ser bastante exigente desde el punto de vista físico.

Lo que hay que saber

El yoga puede ser un ejercicio maravilloso para muchos, especialmente para los principiantes. Muchos estilos de yoga son físicamente exigentes, ¡incluso para los amantes del gimnasio, que pasan una hora entrenando cada día!

Si buscas que el yoga te sirva de entrenamiento, lo mejor es que optes por el vinyasa o el ashtanga yoga, pero debes dedicar algo de tiempo a aprender las posturas y la posición correcta practicando un estilo como el hatha yoga para que no te sientas totalmente abrumado en una clase de ritmo más rápido, como el vinyasa.

Una práctica de yoga se puede realizar desde cualquier sitio, por lo que no hay excusa para no comprometerse con ella. Cuando es posible practicar en el suelo de la cocina en pijama, no hay ninguna razón por la que no puedas lanzarte sobre tu esterilla para una clase sudorosa de yoga al menos un par de veces a la semana.

¿Listo para empezar?

Empieza con esta rutina básica de posturas de yoga para principiantes o conoce más sobre los diferentes estilos de yoga como el Hatha, Ashtanga y Vinyasa, sus posturas y sus beneficios particulares.